De 2012 a 2016, la producción de jaiba aumentó en 30 mil toneladas, es decir, más del 50 por ciento, pasando de 21 mil a 51 mil toneladas, ubicando a esta pesquería en el séptimo lugar nacional en volumen y en la novena en valor con 684 millones de pesos.

Sinaloa es la entidad que ocupa la mayor producción con 24 mil toneladas, casi el 50 por ciento del volumen nacional, mientras que en Campeche, Sonora y Tamaulipas la captura de jaiba ronda en las 6 mil toneladas por cada estado.

La pesquería de jaiba es relevante para la estabilidad social y económica de las zonas costeras del Océano Pacífico y Golfo de México, así como una alternativa para los pescadores artesanales de camarón cuando éste se encuentra vedado.

Para la captura de jaiba se emplean artes de pesca selectivas y sustentables, como lo son trampas y aros de alambres galvanizados, técnicas que los pescadores operan a mano.

La presentación comercial de la jaiba es variada, puede ser entera fresca congelada, cocida en pulpa, entera fresca enhielada, entera cocida congelada y entera fresca, principalmente; sin embargo, con el valor agregado el producto puede adquirirse en “fingers”, “crab cakes” y “lolly pops”.